Lotus 72, el campeón de Fórmula 1 de 1970

Que Colin Champman sabía diseñar y construir vehículos vanguardistas que iban a marcar una época no es ningún secreto. Modelos como el Lotus 25, el Lotus 29 o el Lotus 49 antes que él ya lo habían demostrado.

El Lotus 72 supuso un nuevo paso adelante para seguir a la vanguardia en la máxima categoría. ¿Por qué? Fue el primer monoplaza en montar los frenos de disco en el chasis del monoplaza. Pero no solamente por eso. También equipó los radiadores en los laterales, en lugar de en la parte frontal tal y como era norma hasta la fecha, otorgándole una apariencia física que iba a ser el sino distintivo de los monoplazas de cualquier categoría en las décadas siguientes.

Fotografía de Cabecera:  Lotus 72, conducido por Emerson Fitipaldi. Autor: Lothar Spurzem. (Licencia Creative Commons)

Asimismo, su silueta le proporcionaba igualmente un coeficiente de penetración mucho mejor que el de sus coetáneos, lo que junto a un motor Cosworth lo convertían en un arma mortífera y letal para sus enemigos.

Por desgracia, esa búsqueda de los límites reglamentarios también suponía, como los monoplazas de Chapman ya habían evidenciado en alguna ocasión, que los pilotos podían convertirse en meros pasajeros en caso de accidente y de los que era difícil escapar con vida en caso de colisión.

El Lotus 72 fue un coche revolucionario, en efecto, pero como la temporada de 1970 también demostró, una auténtica trampa mortal para el piloto que se sentase al volante.

Jochen Rindt y el Lotus 72

Chapman confió estas monturas a Jochen Rindt y John Miles a principios de la temporada de 1970. Rindt, que se posicionaba como claro aspirante a su primer título mundial tras el excelente nivel exhibido el año anterior, sin embargo, prefirió comenzar la temporada con el más probado y fiable Lotus 49C con el que, tras abandonar en Sudáfrica -escenario de la prueba inaugural de la campaña-, se impuso en Mónaco en un triunfo sobre la bocina al provocar el error de Jack Brabham en la última curva de la última vuelta.

Rindt debutaría con el nuevo modelo en Zandvoort, obteniendo un soberbio triunfo por delante de Jackie Stewart, a quien aventajó en más de treinta segundos cuando cayó la bandera a cuadros. No sería el último.

Rindt encadenó otras tres victorias en los Grandes Premios de Francia, Gran Bretaña y Alemania que le situaban con una ventaja de veinte puntos con respecto al australiano Brabham. Un abandono en el Gran Premio de Austria empañó la racha de Rindt y Lotus antes de llegar al Gran Premio de Italia en Monza. En suelo italiano, Ferrari se mostraba fortísima toda vez que los Ferrari 312B, ya sin los problemas de juventud de las primeras carreras, en manos de Jacky Ickx y Clay Regazzoni.

Ello llevó a Lotus a quitar los alerones traseros para competir con Ferrari en velocidad punta pese a que tanto Rindt como Miles se mostrasen contrarios a esta decisión. En los entrenamientos, un problema mecánico, acuciado por la dificultad de conducir un coche nervioso con muy poca carga aerodinámica, llevó a Rindt contra el guardarraíl en la frenada de la Parabolica.

El impacto, gravísimo, supuso una condena a muerte para Rindt que falleció camino del hospital en la ambulancia que lo trasladaba. Con todo, aún se proclamó campeón a título póstumo de esa temporada. Hasta ahora el primero y, por fortuna último, campeón de F1 a título póstumo.

Lotus 72, un coche de leyenda

No sería el último. Las versiones 72D y 72E cosecharon otros dos títulos mundiales con Emerson Fittipaldi al volante en los mundiales de 1972 y 1973. Oda una demostración de poderío y longevidad. Al margen de Rindt o Fittipaldi, el propio Ickx o Ronnie Peterson también pilotaron este histórico monoplaza de la máxima categoría.

En 4318cars, disponemos de una réplica increíble de un coche de leyenda. En este caso, se trata del Lotus 72 que condujo Jochen Rindt en el Gran Premio de España. En esta carrera, Richt se retiró, al igual que otros muchos más.

Comentarios (0)