Porche 956L, el imbatible de LeMans en los 80

La historia de Porsche en las 24 Horas de Le Mans está conformada por increíbles coches de competición. Una serie de modelos que dominaron la más reconocida de las carreras de resistencia que hay, a nivel mundial.

Autor de Fotografía de cabecera: Nic Redhead (Creative Commons)

Desde los años 70, hasta finales de los 90, Porsche fue la escudería que dominó, con mano de hierro, Le Mans. Todo ello lo pudimos en este extenso post, donde vimos cómo fueron los años dorados de Porsche en Le Mans.

Pues bien, la década más laureada de Porsche en Le Mans fue en los 80, donde consiguieron hasta 7 victorias, de las que 4 fueron gracias a un modelo espectacular: el Porsche 956 L. Por si fuera poco, su sucesor consiguió 2 victorias más, con unas características muy similares, como era el Porsche 962.

El 956 L fue un coche que revolucionó las carreras de resistencia, totalmente innovador. Tal es así que en este artículo nos vamos a concentrar en el Porsche 956 L, sus características y logros deportivos.

Por supuesto, en 4318 Cars puedes adquirir este impresionante modelo. Puedes obtener las réplicas del campeón de Le Mans en 1982 de Jacky Ickx y Derek Bell o el segundo en la misma carrera, conducido por Jochen Mass y Vern Schuppan. También tenemos el Porsche 956 de Richard Lloy y Kike Rosberg que corrió en los 1.000 km de Nürburgring.

Características del Porsche 956 L

Para muchos, cuando se habla del Porsche 956 L, se habla del “coche de carreras por excelencia”. Su desarrollo y conjunción entre prestaciones, chasis y aerodinámica fue único.

A principios de los 80, la nueva normativa incluía el Grupo C, una categoría de prototipos donde se tenían que reducir los pesos del vehículo. Esto implicó que las marcas buscaran nuevas vías para evolucionar y Porsche lo consiguió prácticamente en todas las facetas.

Empecemos por el aspecto en el que los desarrolladores heredaron prácticamente todo del modelo predecesor, el 935: su motor. En este caso, el motor era un 2,65 litros de 6 cilindros, refrigerado por aire, al cual se le añadieron dos turbocompresores. Este motor bóxer conseguía rendir entre 620 y 640 CV.

Autor de Fotografía: Micap (Creative Commons)

Su rendimiento era sensacional, superaba los 350 km/h de velocidad punta y conseguía un par motor máximo de 630 NM a 5.4000 rpm, gracias también a otro cambio innovado: la inclusión de la inyección directa de combustible.

Por su parte, la estructura de la carrocería era de monocasco de aluminio, el cual le dotaba de una mayor resistencia y estabilidad, además de ligereza.

¿Y qué hay de la aerodinámica? Aquí es donde el equipo de desarrollo de Porsche llevó al máximo “el efecto suelo”, donde la reducción de espacio entresuelo del coche y asfalto permite que el aire que fluye mejore el rendimiento del coche, sobre todo en giros de curva.

Es más, en el museo de la marca, en Stuttgart, puedes encontrar un Porsche 956 L colgado bocabajo. ¿Por qué? Se dice que físicamente es posible pilotar este vehículo bocabajo hasta los 321 km/h, ¡una pasada!

Palmarés del Porsche 956 L

Con estas prestaciones y la conducción de pilotos legendarios como Stefan Ballow, Jacky Ickx o Derek Bell, los campeonatos para el Porches 956 L no dejaron de caer. En 1982, el Porsche 956 L pilotado por Ickx se coronó campeón en el Mundial de Resistencia, con 8 puntos por encima del Lancia de Riccardo Patrese. Además, la marca consiguió un triplete histórico en las 24 Horas de Le Mans.

En 1983, el dominio del Porsche 956 era tan espectacular que muchas marcas decidieron utilizarlo para el Mundial de Resistencia. ¿La consecuencia? Todas las carreras las ganó un Porsche 956. En las 24 Horas de Le Mans, los primeros 8 puestos fueron de este modelo, ¡una auténtica locura!

Autor de la Fotografía: AlfvanBeem (Creative Commons)

En 1984, el dominio siguió siendo espectacular, mientras que en 1985 ya entró en este campeonato el que sería su sucesor: el Porsche 962. Sin embargo, Le Mans fue escenario de una nueva victoria del 956. Ese mismo año Stefan Bellof perdía la vida en los 1.000 km de Spa, en un accidente con otro Porsche 956, conducido por Ickx.

El piloto no solo había sido el campeón del Mundial de Resistencia, también consiguió un récord que se rompió hace tan solo 3 años. El alemán consiguió marcar un registro de 6 minutos y 11 segundos en el exigente Infierno Verde de Nürburgring, ¡impresionante!

Sin lugar a dudas, el Porsche 956 marcó un antes y un después en el mundo de la automoción. Su innovación mecánica y tecnológica fue rápidamente implementada en otros vehículos, también de calle. En definitiva, fue un coche revolucionario y único.

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